PASTORAL
DE
VÍCTIMAS DE
DELITOS
PASTORAL CUIDADO Y ASESORAMIENTO ESPIRITUAL
Jesús el buen pastor que cuida
del rebaño, al que protege, acompaña y del que se preocupa.
La acción pastoral de la
Iglesia es acompañar, cuidar curar y proteger al pueblo de Dios.
Toda la actividad de la
Iglesia tiene como fin el pueblo de Dios.
Los fieles laicos hacen
presente el testimonio cristiano en todos los ámbitos.
Con el
nombre de Pastoral encontramos muy diversas concepciones.
La Conferencia Episcopal Española dio unas
Orientaciones Pastorales, siendo su Plan de Acción: «La mirada sobre el contexto cultural y social y la
visión que nos ofrece la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia nos
sitúan como Iglesia que, a pesar de su pequeñez y miseria, se reconoce enviada
por el Señor a anunciar la Buena Nueva a nuestros contemporáneos. Somos los
testigos de Jesucristo en la sociedad española del siglo XXI».
Pastoral viene de pastor, y encontramos acepciones como:
la práctica de la vida litúrgica y sacramental; la dirección moral y
espiritual; la asistencia a personas afectadas por diversos problemas; las
actividades en defensa de la justicia y la paz; el cuidado de las personas de
diferentes edades, etc.
La teología pastoral se identifica con la teología práctica
o reflexión crítica sobre la múltiple misión de la Iglesia en el mundo. La
sociedad moderna ha alcanzado un alto nivel de bienestar. A pesar de ello el
hombre moderno no se siente realizado, satisfecho, feliz.
Tenemos Niveles Pastorales para atender a las personas afectadas por diversos problemas.
Así tenemos que hay Pastoral
de:
Pastoral de personas mayores.
Pastoral Universitaria. Pastoral Gitana. Pastoral de la Espiritualidad.
Pastoral Vocacional. Pastoral Familiar. Pastoral Juvenil. Pastoral de
Comunicaciones. Pastoral Penitenciaria. Pastoral social y promoción humana. Etc.
Es decir:
Hay tantas pastorales, como es
necesario, según los niveles pastorales.
Pero no hay una Pastoral de Víctimas
de Delitos.
Delitos tipificados hay muchos,
más que pastorales.
Delitos contra las personas,
contra el honor, contra la libertad, contra el patrimonio económico, contra la
salud pública, contra la seguridad vial, delitos de odio, informáticos, es
decir, tantos como la actividad del hombre.
Pero si hay un delito hay una
víctima.
No pensamos generalmente en
las víctimas, hay un libro entrañable: Don Quijote como víctima de
delitos, escrito por el excomisario de policía, don José Francisco Roldán
Pastor. Este libro que todos conocemos, nos muestra esta faceta que muchas veces
pasará por alto, sobre la figura del Quijote.
Quien sufre un daño en su persona es una víctima.
Las Pastorales existentes
quizá de alguna manera atiendan algún tipo de daño que ha sufrido una persona; pero
una Pastoral de Víctimas de Delitos, una pastoral que dotada con unos medios
según cada Diócesis, y de manera general con profesionales como: médicos,
educadores, policías, psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales, asistentes
espirituales, etc. etc. Es necesaria.
Salomón pide al Señor
sabiduría para gobernar a las personas de su pueblo.
En la Doctrina Social de la
Iglesia podemos ver como víctimas de la sociedad, las víctimas de la pobreza.
Citamos aquí a Dietrich Bonhoeffer: «La Iglesia se debe en cualquier medida a
las víctimas; da igual del orden social que sean, incluso si no son cristianas».
Quizá en algún lugar, alguien en la iglesia, este pensando en crear la Pastoral de víctimas de delitos, porque TODOS en
algún momento de nuestra existencia la necesitaremos.
Si siguiendo la Doctrina
Social de la Iglesia podemos decir, que Jesús mismo es la acción social de la
Iglesia, podemos preguntarnos: ¿Qué haría Jesús hoy en día? ¿Cómo podemos saber
qué hay que hacer?
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