ARRULLO FRANCISCANO
EL PROYECTO QUE UNE
En
Córdoba comunican a la Comisión Nacional de Acción Social de la Orden
Franciscana Secular de España, de confeccionar “mantitas” para los niños
pequeños; como quiera que una prenda semejante a una mantilla servía para
envolver a los niños pequeños para sostenerlos en brazos, llamada, arrullo,
pues surgió el nombre de Arrullo Franciscano, ya que se trata de envolver de
dar cariño, de dar amor.
Debido a los problemas políticos en Centro África y en la zona de Bangassou, ya que no se podían hacer envíos y las personas seguían confeccionando, tejiendo, seguían poniendo el corazón cual madre, en la confección, y se estaban acumulando, por lo que a través de las Misioneras de la Caridad (Teresa de Calcuta) en Madrid se pudo dar salida, para que los misioneros pudiesen hacerlas llegar en sus destinos.
El material mantitas y vendas siguen
llegando, y llegando, y acumulándose, porque el trabajo de tantas y tantas
mujeres de toda España es encomiable, es ejemplar, y en un momento dado, al
contactar con la doctora Carmen Muñoz una nueva salida es posible para mantitas
y vendas. Se podían enviar mantitas para la zona de Casamance y al Orfanato de
Oussouye, en Senegal. Así ¡por fin! Se daba salida a la ilusión puesta en las
mujeres que confeccionan, que tejen, que laboran, que se esfuerzan y gastan su
tiempo y su dinero para el fin que se propuso. Tejer mantitas y vendas con hilo
natural, vendas para leprosos y mantitas para envolver a niños recién nacidos o
bebes pequeños.
Este proyecto de, el Arrullo Franciscano,
pertenece a las mujeres, a tantas y tantas mujeres que lo hacen posible, un
proyecto que une, «Este proyecto nos ha unido», en palabras de un grupo de
mujeres que se reúne, “se une”, para este fin. Un proyecto que hace sentirse “familia”
en centros de mayores, en residencias de ancianos, en grupos de mujeres, en casa. Ellas son las protagonistas.
Cuando se reciben los envíos a veces viene
una nota, notas escritas con el corazón y qué mejor que “ellas” nos lo digan.
Testimonios
de quienes hacen las mantitas.
👤De un Centro de Mayores del aula de
voluntariado de punto: “Desde que Tino pasó por la clase y nos habló del
Proyecto de elaborar vendas y mantitas, nos implicamos”. También hubo personas
que al explicarles el proyecto y no poder hacer el trabajo, aportan dinero para
la compra del hilo y así entregarlo a señoras que quieren hacer mantitas y no
pueden comprarlo.
Durante el confinamiento de la pandemia, de
manera “altruista”, se llevaba hilo y se recogía lo ya confeccionado por
voluntarios, a los domicilios de cada persona implicada.
👤En cada mantita que confecciono pongo: Mi corazón…siente alegría. Mi mente…serenidad. Mis manos…inquietud. Mi tiempo…velocidad. Y al terminar, la gran satisfacción personal de ayudar y ser útil a los demás; aderezado con cariño, comprensión y amistad.
👤Hacer las mantitas me da paz, tranquilidad,
satisfacción, alegría, ser partícipe -de alguna manera- de la caridad, sentirme
útil para los que lo necesitan y estar dispuesta a servir.
👤 Me resulta muy agradable tejer, y sobre todo, me está ayudando mucho en este momento que tengo un problema de movilidad. Gracias por permitirme hacerlo.
👤Parece maravilloso que algo que salga de mis
manos pueda ser útil a alguien.
Estos testimonios son extensibles a todas
las personas que hacen las mantitas.
Se reciben a diario de toda España.
Se envían periódicamente a África Occidental. Senegal, la zona de Casamance, Ucrania.
Se han enviado hacia América del Sur.
Allí donde son necesarias y cumplen su función y misión.
Gracias a quienes lo hacen posible, gracias Carmen por tu implicación.
El Arrullo Franciscano, confeccionar mantitas con hilo natural, con aguja de ganchillo.De un tamaño de 100 cm por 130 cm.
Es un proyecto que une, que hace Fraternidad.
Orden Franciscana
Secular de España. Comisión Nacional de Acción Social.
P A Z Y B I E N
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