"El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande" (Is 9, 1). Esta profecía de Isaías no deja de conmovernos, especialmente si la escuchamos en la liturgia de la noche de Navidad. Nos conmueve porque nos dice lo que somos: somos un pueblo en camino y dentro de nosotros y a nuestro alrededor hay tinieblas, también luces.
Este acontecimiento que celebramos siempre nos asombra y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz. Así que ya sabes: caminar y ver y además con esperanza. El Adviento es esperanza y Benedicto XVI nos dice:"Necesitamos tener esperanzas, más grandes o pequeñas, que día a día nos mantengan en el camino. Pero sin la gran esperanza, que ha de superar todo lo demás, aquellas no bastan. Esta gran esperanza solo puede ser Dios, fundamento de la esperanza".
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