EL
MUNDO NECESITA MÁS GENTE COMPROMETIDA
El
eslogan de Manos Unidas está claro, nos dicen que debemos cambiar nuestro
estilo de vida.
No
podemos quedar indiferentes e impasibles ante esta terrible y vergonzosa
situación, tenemos que ser más solidarios y actuar, ya mañana puede ser tarde
para millones de personas.
“Dios
no creo la pobreza, fueron los hombres con su falta de solidaridad con sus
hermanos” (Santa Madre Teresa).
La
campaña de Manos Unidas, además de recabar fondos para hacer posible los
proyectos que lleva adelante, sacude nuestras conciencias, nos ayuda a ver el
mundo de la pobreza con los ojos del corazón y nos invita a vivir de otra
manera para que otros puedan sencillamente vivir; palabras éstas de D. Ciriaco
Benavente, obispo de Albacete.
El
papa Francisco habla de la “globalización de la indiferencia”. Manos Unidas lo
sabe. Y sabe que reconocer afectiva y efectivamente al otro como hermano exige
un cambio del propio corazón, que solo es posible cuando el amor se recibe como
regalo de Aquel que es Amor. Acogiendo el Amor como don podemos hacernos don de
amor para los demás.
José
Martínez Cano, ofm que fue Asistente de la Ofs, nos lo dijo: tenéis que hacer
algo, apuntaros a alguna organización, como Manos Unidas, Cáritas, etc. porque
aunque seáis mayores, sólo con pagar vuestra cuota estáis contribuyendo para
que los sí pueden, hagan realidad los proyectos.
─
¡Oye, que estamos pensando hacer un proyecto…!
─
Vale, vale; pero limitaros a pedir dinero nada más, que no comprometa.
Seguro
que tú has escuchado alguna vez éste dialogo ¡que no comprometa!
La
acción social en la empresa se traduce en ayudas a los empleados, generalmente
serán ayudas económicas.
Acción
Social, ser solidario.
─ ¿Y en vuestra fraternidad qué hacéis?
─
Nada, nos reunimos; vamos a un retiro, al tercer domingo, y ya está.
En
la vocación sientes que eres llamado, respondes, te integras en la Iglesia y en
un momento dado necesitas algo más, ese algo más, ese dar un paso hacia
delante, comprometerte en algo más profundo, puede ser el ingreso en una Orden;
y pasado el tiempo vuelves a sentir la necesidad de un paso más, una vuelta más
de tuerca, ¡pero qué! ¿Manos Unidas?¿Cáritas? Ha no, tener que ir, tener que
estar con la gente, involucrarte, ¡obligaciones!
─ Pero sí hay mucha gente que lo hace, y además
¿no estás jubilado?
─
Sí pero estoy apuntado a cursos, los nietos, los amigos…¡no tengo tiempo!
Todo
esto está muy bien pero, ¿donde está Dios en nuestra agenda diaria?.
La
ideología cristiana se encarga de inculcarnos que hay que amar a Dios y al
prójimo, que es el primer y el único mandamiento, en el que se resumen todos
los demás.
Pero
confundimos el deber de hacer cosas buenas y el amor. No se viven desde el
corazón.
Hacer
el bien común, procurad hacer el bien.
Al
levantarnos decimos:
─
Señor ¿Qué quieres que haga? Utilízame para lo que Tú quieras.
Al
Reino le basta nuestra acción reducida, nuestra presencia sencilla, nuestra
pertenencia de amor a nuestro único Señor.
Nuestro
hermano franciscano, Carlos Amigo, en su libro Francisco de Asís Historia y
leyenda libro intenso, profundo, un apartado nos dice, nos habla, de
cómo acomodamos a Dios a nuestra
conveniencia e intereses.
El
espíritu franciscano se traduce en modos de acción y en realizaciones
concretas, aceptar la necesidad del hermano como mandato evangélico de caridad
y amor fraterno.
Ser
gente comprometida ¡aunque nos cueste!
PAZ Y BIEN
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