DESDE LA ACCIÓN
SOCIAL NACIONAL
DEBE SACRAMENTAR
LAS CALLES, LA VIDA ,
EL MUNDO.
SACRAMENTAR
LA CALLE-
Vamos
a encomendarnos al Espíritu Santo, a nuestro seráfico padre san Francisco y a
nuestra madre Clara. Que nos ayuden a interpretar los signos de nuestro tiempo;
signos, los tiempos, eso queda muy lejos, hoy, en la calle.
¿Dónde deberíamos estar los
seglares?
En
las calles y en el mundo, donde están nuestros hermanos, en la calle.
Rompiendo clases sociales, y mirar más
nuestro entorno y cercanía que nuestro yo.
Pero
no es así, estamos –como de costumbre- en nuestros rezos y rincones de silencio
emulando a los frailes y monjas. Y no es que estemos contra el silencio, no.
Nosotros, partiendo de la Palabra de Dios, de los
escritos de nuestro seráfico padre; deberíamos pisar más la calle.
Para
Sacramentar las calles debemos salir de
nuestras comodidades y rutinas.
Regla 6 Artículo 17 1 CC.GG.
Para
Sacramentar la calle hay que vivirla, hay que creértela, hay que quererla.
¿Tú amas? Sin duda.
Para amar hay que entregarse. Y sin
esperar recompensa alguna.
¿Dónde están nuestros vecinos, nuestros
próximos?
Barrio,
Asociaciones; Ahí deberíamos estar, junto a ellos.
En la calle.
Y nosotros ocupados en nuestra vida,
calentitos o fresquitos, y decimos: qué pena de nuestros hermanos, los pobres y
necesitados de éste mundo.
En
ese momento debemos dejar a un lado las penas y tristezas y salir a la calle, y
estar con nuestros hermanos, encontrarnos con los que no tienen techo, comida,
esperanza; no tienen cariño.
Para
que puedan recuperar su dignidad de personas, ¿qué hacemos? nosotros se la quitamos con nuestra “caridad” y “buen
hacer”. Eso sí, sin intención alguna, no sea que tenga que rascar los
bolsillos.
Dice
el Papa Francisco:
“Si la fe no llega a los bolsillos y no está
dispuesta a donar, no es genuina”.
SACRAMENTAR LA VIDA.-
En
la Regla 13 y
Artículo 18 3 de las Constituciones Generales.
Colaboren con los movimientos que
promueven la hermandad entre
los pueblos: comprométanse a «crear condiciones dignas de vida» para todos y a trabajar por la libertad de todos los pueblos.
Sacramentar
la vida nos recuerda san Juan en su primera epístola: “Es
claro que quién dice que ama a Dios a quién no ve, y no ama a su projimo, a
quién ve, es un hipócrita".
Cuando
salimos a vivir en paz y fraternidad y somos más que solidarios con nuestro
entorno, es aquí que debemos sacramentar la vida con nuestros hermanos.
El cristiano, el franciscano, debe
hacer que el don que Dios le ha dado, no se quede como el tesoro que permanece
escondido, como el talento que se guarda
para poder dar cuenta en el día que nos lo pidan.
José Rodríguez Carballo (ofm) habla del
tesoro escondido en el campo (Mateo) y a continuación viene la parábola de la
perla preciosa.
Todas
estas parábolas son una reflexión a la determinación y a la responsabilidad. Estas parábolas
podríamos resumirlas en decidirse por lo que vale la pena. No basta buscar, no basta encontrar, es necesario decidir, quien mete los pies en un mismo zapato
no camina.
Hay
muchos admiradores de Jesús ¡pero no son
sus discípulos! Sí por discípulo entendemos la persona que sigue el camino
trazado por Jesús con su vida y con sus enseñanzas.
No
hay evangelio a la carta, no podemos tomar lo que nos gusta. Y lo que no nos
gusta ¿A quién se lo encomendamos?
Qué poco apreciamos la vida que Dios
nos regala cada día, cada mañana, cada momento.
Cuando
un hermano pide pan, TÚ, franciscano, lo mandas con mucho cariño y buenos
modales a Cáritas, a la
Parroquia , o a alguna ONG. Pero no lo mandas a las OFS ¿por
qué? Siempre la misma respuesta, no tenemos conocimiento, no tenemos dinero;
pero a veces, no es el dinero, sino el tiempo
¿Compartirías en tu casa tu pan con el
necesitado?
¿Te pones en el lugar del marginado?
¿Eres franciscano seglar?
¿Te
pones al lado del necesitado?
Todo esto es comenzar a hacer
condiciones dignas de vida sacramental.
Yo me pregunto:
―
¿Cuántas cosas hacemos? Pero
NO COMUNICAMOS, no hay comunicación, local, provincial y nacional.
¡Qué poco nos
queremos cuando se trata de nuestro bolsillo!
Cuando
nos piden ¡el compartir!
Como fraternidad, algunas.
Como individuo, muchas.
A
Francisco le daban asco los leprosos.
¿Me
dan asco los pobres?
Así podríamos comenzar para poder
sacramentar la vida y, querer a nuestros hermanos más desfavorecidos. Y nunca
deberíamos saber porqué y por quién, sino, por nuestro padre san Francisco.
La comunicación es esencial para la
convivencia de cada día, en cada hora, en cada momento, o sea, un WhatsApp sin florituras.
El GUASÁ
ese, que está de moda en los móviles.
Todo es vivir la vida
con mucha intensidad, dice Jesús: “He venido al mundo para dar vida y vida en
abundancia”.
Que nos queramos y respetemos como nuestro padre Francisco amó y respetó
a nuestra madre naturaleza.
SACRAMENTAR
El MUNDO
El
apostol San Pablo en su primera carta
Corintios 14 1
La
estructura ministerial de la
Iglesia supone e incluye una estructura sacramental que es de
servicio en todas sus dimensiones.
Los
sacramentos instituidos por nuestro señor Jesucristo son los signos visibles de
ésta capacidad de transmitir la vida nueva para un mundo nuevo que nosotros,
franciscanos seglares, tenemos que hacerlos vivos, no con la palabra, con obras, con nuestro ejemplo, ese ejemplo que estamos obligados por herencia
con nuestro seráfico padre, de minoridad, de responsabilidad y amor al mundo;
que es donde nacemos, vivimos y pasamos al Amor del Padre,Por
eso nosotros con la comunicación y la Palabra de Dios, debemos y tenemos que
sacramentar el mundo con buenas maneras y mejores resultados.
Si queremos referirnos al sacramento
que se transmitió a la Iglesia ,
es decir, al mundo, encontraremos la referencia especialmente en la palabra de
Jesús a Nicodemo: “En verdad, en verdad te digo, el que no nazca del agua y del
espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”. (Juan 3 – 5). con la ayuda de
Jesús y de María.
Resumiendo:
Que en los cristianos franciscanos, mediante la vida sacramental vivamos un compromiso
de amor y de acción, no solo con los hermanos sino con el mundo, aunque les
fuera adverso, los maltraten y los persigan.
Bajo
esta perspectiva se entenderá mejor que no es posible tener intensamente una dicotomía en la que por una parte se
vive una vida sacramental intensa, se es bautizado, se confiesa con frecuencia,
se comulga a menudo; y por otra parte se practica una injusticia: no se tiene
verdadero amor y compromiso con los demás y mediante ellos con Dios.
· ¡Aquí pasa algo!
Seguramente
es que la vida sacramental no está tomándose en serio, cómo tampoco se toma en
serio la Acción Social
Nacional.
Esto ya lo hemos apuntado algunas
veces, parece ser que ahora se empieza a entender. Pues está claro que todas las
fraternidades trabajan y mucho, pero no recanaliza hacia la Acción Social
Nacional, que es un logro que ésta Acción Social quiere: saber qué
proyectos tienen las fraternidades y que se quiere transmitir a la
familia franciscana.
TRABAJEMOS TODOS PORQUE ÉSTE SUEÑO DE LA OREN FRANCISCANA SEGLAR, DE LA JUNTA NACIONAL Y DEL CONSEJO NACIONAL SALGAN PARA ADELANTE, SIN PRISAS, PERO SIN PAUSA.
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BUSQUÉ A MI ALMA,
A MI ALMA NO LA PUDE VER.
BUSQUÉ A MI DIOS, Y ME ELUDIÓ.
BUSQUÉ A MI HERMANO
Y ENCONTRÉ A LOS TRES
Rosario Navarro, OFS
PAZ Y BIEN
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