El Delegado de la Comisión Nacional de Acción Social en esta semana de ORACIÓN y con motivo de la conversión de san Pablo nos deja ésta reflexión y un vídeo.
SEGUIR A JESUCRISTO CON EL AMPARO DE LA FRATERNIDAD,
SALIR AL MUNDO,
COMPROMETERME EN CAMBIAR SITUACIONES,
SER COHERENTE CON LO QUE PROMETÍ AL SEÑOR.
ESTATUTO NACIONAL
Art. 15
1.
Para dar respuesta a los desafíos de
la Iglesia y de la sociedad, la Fraternidad –en forma autónoma o en
colaboración con la Familia Franciscana, o con otras asociaciones o
movimientos- promueva iniciativas apostólicas, caritativas y sociales en las
que colaboraren todos sus miembros según la disponibilidad de su tiempo, con la
contribución económica, con la oración y con el ofrecimiento silencioso de los
propios sufrimientos.
2.
Si fuese imposible promover iniciativas
apostólicas comunes, la Fraternidad deberá sentirse implicada en el apostolado
de cada uno de sus miembros, manteniéndose informada y colaborando mediante la
oración, el consejo y el afecto fraterno.
CONSTITUCIONES GENERALES
Art. 19
1.
Los
franciscanos seglares actúen como levadura en el ambiente en el que viven,
mediante el testimonio del amor fraterno y de bien definidas motivaciones
cristianas.
2. Con
espíritu de minoridad, elijan en primer lugar el trato con los pobres y los
marginados, ya sean individuos, grupos de personas o todo un pueblo; colaboren
en la erradicación de la marginación y de toda forma de pobreza, que son
consecuencia de la ineficacia y de la injusticia.
"Permanecer en mi amor y daréis fruto en abundancia" (cf. Juan 15, 5-9)
APOSTOLADO
El término Apóstol deriva del griego y
significa enviado. Apostolado significa, pues, envío, ministerio, acción de un
apóstol en el sentido más amplio del término.
Misionero y misión indican la misma cosa, pero
derivan del latín.
A partir del Concilio Vaticano II se
introdujo el término evangelización.
El apostolado cristiano consiste en
participar del apostolado de Jesús y en la preocupación por la salvación de los
hombres y del mundo, o también en toda actividad del cuerpo místico dirigida a
realizar el fin de la Iglesia.
El Evangelio no es una ideología que
queremos imponer a los demás, sino un mensaje que les ofrecemos; no porque
deseemos tener “éxito”, sino porque los demás lo necesitan en lo más profundo
de su intimidad. Estos “demás” son simplemente todos los hombres.
El Vaticano II dice que el apostolado de los
laicos se funda en su misma vocación cristiana, que participan de manera
específica y necesaria en la misión de la Iglesia, que La conciencia que tienen
de su propia responsabilidad es fruto de la acción innegable del Espíritu Santo.
Este apostolado se desarrolla en dos
campos:” El campo propio de su actividad evangelizadora es el mundo vasto y
complejo de la política, de lo social, de la economía y también de la cultura,
de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de
comunicación de masas, así como de otras realidades abiertas a la
evangelización, como el amor, la familia, la educación de los niños y jóvenes,
el trabajo profesional, el sufrimiento, etc.
Además de esto pueden
sentirse o ser llamados a colaborar en el servicio de la comunidad eclesial.
Si la Iglesia es, por su naturaleza,
misionera, puesto que toma su origen de la misión del Hijo y de la misión del
Espíritu Santo. El cristiano sólo vive apostólicamente si se inserta de manera
consciente en la dinámica fontal del amor trinitario. El diálogo de amor con
las tres personas divinas es fundamental para que el cristiano desarrolle su
cometido apostólico.
La Virgen es ejemplo de amor maternal. La
referencia a María recuerda el fin esencia y el carácter maternal del
apostolado, y ofrece el paradigma de la unidad de vida del cristiano, puesto
que la Virgen muestra una vida llena de preocupaciones por los demás y está
constantemente unida a su Hijo cooperando con su obra.
El amor al prójimo se expresa trabajando por
la justicia y participando en la transformación del mundo; quizá es el
testimonio que más se estima y se pide en nuestro tiempo, es signo de credibilidad
de que el anuncio del reino de Dios encuentra correspondencia en la
transformación de la realidad.
Para terminar, la Regla de la Orden Franciscana Secular en sus artículos 14 y
15 dice:
14
Llamados, juntamente con todos los hombres de buena voluntad, a
construir un mundo más fraterno y evangélico para edificar el reino de Dios,
conscientes de que «quien sigue a Cristo, Hombre perfecto, se hace a sí mismo
más hombre», cumplan de modo competente con sus propios deberes con espíritu de
servicio.
15 Estén presentes con el testimonio de su vida
humana y también con iniciativas eficaces, tanto individuales como
comunitarias, en la promoción de la justica, particularmente en el ámbito de la
vida pública, empeñándose en opciones concretas y coherentes con su fe.
Después de leído todo esto siento que, si un
hermano ejerce un apostolado cualquiera, aparte de comprenderlo y entenderlo,
en un momento determinado he de hacerle llegar mi apoyo y disposición para
ayudar.
No se trata de decir; ¡ah! eso es cosa de la nacional, o ¡eso es cosa de la zona! ¡Eso son cosas de ese hermano!
Como si hubiese una distancia, un muro, que lo que de verdad está indicando es mi pertenencia.
Porque quizá no
entendemos que yo soy de la nacional, que yo soy de la zona, que yo soy
franciscano y por lo tanto hermano universal.
«…Seguir a Jesucristo con el amparo de la fraternidad, de la vida de Francisco y de Clara de Asís, para poder salir al mundo a anunciar su palabra; a comprometernos en tantas situaciones para trabajar y transformar las situaciones negativas que encontramos a nuestro alrededor, y convertirlo en algo positivo, en algo más de encuentro con los demás, de acogida del evangelio, de hacer gestos buenos por los demás…».
Extracto de: Fray Mario García. Extracto homilía del 30
septiembre 2018 celebración 40 aniversario de la aprobación de la Regla.
PAZ Y BIEN