Un Año para vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia
nosotros.
Dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de
destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir
con nosotros su vida.
Recordaís una estrofa de la canción padre bueno "Tú, Señor, que velas por el pobre,
y al humilde das tu protección, al que amas le ofreces un tesoro que vale más
que el oro: le das tu corazón".
El santo padre escogió la fecha del 8 de diciembre por su gran
significado, pues entonces, para mí, franciscano supone una gran alegría al
tiempo que una gran responsabilidad.
Todos recordamos las obras de misericordia ¿verdad?
¿nos acordamos todavía? o es algo que pertenece al pasado. Quizás alguien
piense que son antiguas y que no tienen nada que ver con el mundo de hoy.
Por si alguno piensa esto el papa Francisco nos hace una pequeña
traducción:
Por supuesto ayudar a la gente a la que no le llega el dinero para
comer, para vestirse, para calentarse... Pero igualmente ayudar al inmigrante,
sin distinguir unos de otros: todos necesitan acogida y a todos hay que
defender de las leyes injustas y los métodos inhumanos de disuasión (vallas,
CÍES, expulsiones en caliente, etc.
Y nos pregunta el Papa "si dedicamos tiempo para acompañar al que
estaba enfermo o prisionero": el hospital, la cárcel..."Igualmente se
nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en
ocasiones es fuente d soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la
que viven millones de personas, sobre todo, los niños privados de la ayuda
necesaria para ser rescatados de la pobreza, si fuimos capaces de ser cercanos
a quien estaba solo y afligido, si perdonamos a quién nos ofendió y rechazamos
cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si tuvimos
paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros;
finalmente, si encomendamos al Señor en la oración a nuestros hermanos y
hermanas".
El fin de semana 5 y 6 de marzo tendremos los hermanos y hermanas
de la Zona Cartaginense el Retiro
de Cuaresma. Para ese momento, para la Cuaresma, bien podríamos hacer un examen de conciencia para saber que hacemos y que no
hacemos o dejamos de hacer con las personas que lo necesitan: inmigrantes,
pobres, enfermos, gente que no sabe qué pensar o que hacer en esta sociedad que
nos ha cambiado los valores, niños que no tiene libros ni lapices, personas
mayores solas a las que nadie va a ver, personas que lo están pasando mal.
Revisar nuestras enemistades, odios, rencores, espinas que
llevamos dentro clavadas, nuestra agresividad, impaciencia e intolerancia...
En este tiempo de la misericordia -ahora
y siempre-, estar atento a lo que pasa a nuestro alrededor. Hay mucho dolor y
sufrimiento en todas partes.
Preguntarme ¿Quién soy? ¿cómo está mi vocación? ¿para qué he sido
llamado? ¿me dedico a la disposición que un día prometí al Señor.
Nosotros somos hombres y mujeres de Esperanza, tenemos que llevar
la esperanza, y recuerda: ser positivo, el franciscano es positivo.
PAZ Y BIEN